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 FÉLIX PÁRAMO GARCÍA

Natural de San Vicente del Palacio (Valladolid). Estudió en Santiago de Compostela, Oviedo y León. Profesor de E. F. "Instructor polideportivo" (actual INEF). 

Licenciado en Filología Anglogermánica. Catedrático de Inglés en EE.MM. Doctor en "Traducción e Interpretación" y Profesor Asociado en la Universidad de León. Asesor de Formación Permanente, representante del Ministerio de Educación en proyectos europeos, incluido el Consejo de Europa. Ponente y conferenciante en diversas universidades. Redactor de artículos académicos e investigación.

En otro orden de cosas, aficionado a la práctica deportiva, fotografía, escritura y música, logrando algún reconocimiento en todas ellas.

Algunas    Publicaciones


-Tesis doctoral: "Anglicismos léxicos en traducciones Inglés-español 1750-1800".

-Coautor de libros de texto para la educación.

-Dos libros de texto online, con beca del M. E.

-Libros sobre etnografía popular: "San Vicente del Palacio, ayer y hoy de un pueblo",  "Mota del Marqués: Historia y vida".

-Varios poemarios: "Alinde",  "Sidelong"  (en Inglés), "Caricias de vida",  "Instante y ensoñación",  "Caricias de amor".

-Libros: "Vivencias en el Camino", "Tango y amor", "El Camino de Santiago, vidas".

-Premios en concursos literarios. El último, un segundo premio, convocado por La Gaceta de Salamanca.

-Miembro de equipo de redacción de la revista El senderín y articulista habitual durante siete años. Entrevistas en radio y televisiones locales principalmente a raíz de la presentación de algún libro o evento literario.

-Colaborador en revista literaria on-line en Inglés.

"TANGO EN FEMENINO"

Este es el título de mi última NOVELA.

Novela romántica... donde la mujer lleva la voz cantante de principio a fin.

El encuentro entre los protagonistas duró apenas unas horas: tiempo suficiente para enamorarse y alterar el futuro de sus vidas, sueños y destino. El tango fue la fuerza que trastocó, fuera de toda lógica, la trayectoria de los amantes.

El punto de partida de la lucha interior y amorosa que mantienen los protagonistas se debe al vaticinio encerrado en los versos de Tango to Evora. Durante veinte años, será la letra de numerosos tangos, auspiciados por soñadoras mujeres, la que guiará la vida de Martín para convertir sus anhelos en el pálpito y respiración del tango en femenino.

Miles de kilómetros entre Donostia y Uruguay separaron a Martín y Nahia durante veinte años, pero contra todo pronóstico, vivieron enamorados, hasta la hora de soñar con "volver" a encontrarse. Que veinte años no es nada... se dice en el tango Volver. Y Martín, después de veinte años, supo de su amada y quiso volver, pero... 

A diferencia de la mayoría de lo publicado sobre tango, esta novela no camina tanto por la geografía argentina, cuanto por el paisaje uruguayo, pues en este país acaece la mayor parte de la historia. Los demás paseos se dan, sobre todo, por San Sebastián.


ATENCIÓN... MILONGUEROS... CURIOSIDAD

Esta es la lista de personas que aparecen en la novela TANGO EN FEMENINO. Todas se reconocerán por el contexto, aunque no conste su apellido. 

Orden alfabético:

Adriana, Álex, Amaia, Ambrosio, Ana Brun, Ana I. Moreno, Antonio, Araceli, Arturo, Bakartxo Arabaolaza, Beatriz, Beatriz Romero, Begoña, Borja Alkalde, Carlos, César José Tamborini, Charo Aparicio, Christina Gómez, Claudio, Coca, Dani Blanco, Daniel, Delia, Eduardo, Elizabeth M. Vidal, Elsa Turienzo, Encarna, Facundo, Félix, Fernando, Francisco, Gisela, Gorka, Henar, Jesús Blanco, Jesús Gavela, Jorge Harmat, José María, José María Otero, Joseba Barbado, Joseba Pagola, Juan, J. Andrés Galán, Juan P. Rubinstein, Juan R. Sotelo de Brun, Juana, Lucrecia, Luis, Luis Ibarra, Luis M. de la Serna, Mabel Enebu, Maite, Malena, Manuel, Marcelo Tezza, Mari Cruz Aizpurua, M. Ángeles García, Marcelo, Maribel, Luis Mario Marín, Martín Almirón, Mati, Mecha, Miguel, Mikel Rodríguez, Mónica, Nelly Reyes, Norberto Quintans, Nuria, Olvido, Pablo Ojeda, Paola Hermosín, Pili, Pocho Dopazo, Pocho Parrela, Queca, Raquel, Santiago J. Martín, Sara, Serafín, Silvia, Sonia, Susana, Trini Aguirre, Uxía, Víctor, Yolanda, Yolanda Etxauri.


Asociaciones y lugares de baile que aparecen en la novela:

Ágata, Baar Fun Fun, Bien Milonga, Chiqué, El Farolito, El viejo almacén de BA, Garufa, Joventango, La Carreta, La Guaja, La Milonga del 27, La Morocha, Las Musas, Lo de Margot, Madreselva, Piantao, Quiosco Boulevard, Tabarís, Vallisoletango.


Análisis de Tango en femenino

La catedrática de la Universidad de León Dª ANA ISABEL MORENO analizó, en la presentación de Tango en femenino, su estructura, aspectos narrativos y dimensión literaria. Estas son sus palabras:

La presentación del libro me ha encantado. Lo primero que me llamó la atención fue la portada, porque es preciosa y luego el título: título muy sugerente, idea de la adopción de la perspectiva femenina ante el fenómeno del tango. Todo ello crea grandes expectativas.

En cuanto al contenido, tras una lectura sosegada, debo decir que es una asombrosa novela romántica de divulgación sobre el fenómeno tango. Lo tiene todo: buena trama, ritmo variado, estructura compleja pero fácil de seguir, grandes dosis de emoción, pasión suspense y sorpresa. Además de una forma de expresión literaria deliciosamente cuidada. Y además algo muy importante e interesante que me ha parecido muy novedoso y complejo como es la fusión de tres géneros: el narrativo, lirico y didáctico. El narrativo es el predominante lógicamente. Se trata de una historia de amor apasionado, una pareja que vive separada, pero con la ilusión de volver a encontrarse... todo en torno al tango.

La narrativa en sí se combina bien equilibrada con otros tipos textuales como la descripción y los diálogos. Quiero destacar el Realismo en la descripción: situaciones, escenarios y profundidad sicológica para caracterizar a los personajes que crea en el lector la impresión de estar allí viéndolos, de conocerlos personalmente.

La lírica: la narrativa está entreverada con citas tomadas de las letras de tangos, muchos de ellos escritos y todos interpretados por mujeres. Aquí quiero destacar la habilidad, gran novedad que incluye Félix, pues las citas, lejos de interrumpir o entorpecer el hilo de la narración, o romper el ritmo, las citas -digo- reinterpretan y amplifican el alma y sentimientos vividos por los personajes concediéndoles un dramatismo aún mayor. A mí esto me ha encantado. Me ha parecido muy novedoso.

¿Y cuál es el componente didáctico? Desde el principio la narración está salpicada de información muy pertinente sobre las numerosas piezas del tango que se traen a colación (La Cumparsita, Poema, Recuerdo, El Adiós... y varios cientos más, recogidos en un minucioso índice onomástico al final del libro) Por citar solo algunas compositoras y letristas, aparecen Rosita Montemar, M Esther Pacheco Huergo, Azucena Maizani, Eloisa D´herbil, Susana Rinaldi, Ada Falcón... La información está tan bien integrada tanto a través de la narración como de los diálogos que el lector no se da cuenta de lo mucho que está aprendiendo o recordando a medida que avanzan las páginas. Una recomendación que yo haría es pararse de vez en cuando y localizar en internet alguna de las piezas de las que se habla en el libro y escucharla sin más. El texto lírico se convierte en multimodal porque así se logra una dimensión añadida a la experiencia lectora que a mí me ha parecido genial.

La novela no es tan larga (unas 300 páginas si quitamos intros, final y páginas en blanco) pero se lee muy bien porque está dividida en 52 capítulos para poder interrumpir y retomar cuando se desee. Hay independencia narrativa, aunque al final de muchos capítulos hay cierto suspense que incita a seguir leyendo.

Otro aspecto de la narrativa que me ha llamado poderosamente la atención es el cambio de primera persona (narrador omnisciente) a tercera a mitad de la historia. Esto, que es innovador, no lo es por capricho sino por necesidad del devenir de los acontecimientos. Este cambio representa a Martín cuando pierde las riendas de su propia historia y decurso vital. Ve que su vida empieza a ser manejada por algo ajeno a él, como si se tratara de una marioneta manejada por los hilos manipuladores de las letras del tango mostrado siempre por mujeres. Esta estrategia hace que el personaje principal viva su vida de manera casi obsesiva (disonancia cognitiva, le dice la sicóloga en un momento de la novela) y todo ello a través de la letra del tango. Y me gustaría Félix que nos contaras, qué fue antes, si el huevo o la gallina, es decir qué tenías in mente antes de escribir la novela. Las letras del tango que te llevan a escribir esta historia o las historias de amor que has magnificado a través de las letras del tango.

Estilo: lenguaje muy accesible, aunque en las letras de algún tango y en los diálogos aparecen vocablos del lunfardo... pero hay un útil minidiccionario al final para facilitar la comprensión.

El contenido que más me ha gustado es que Tango en femenino es un tratado sobre el amor, pero también sobre el desamor, con lo cual hay un equilibrio muy interesante filtrando toda la novela.

Otro detalle muy importante que se refleja es que el tango no es solo un baile de salón como mucha gente puede pensar, no es solo una manifestación artística, sino que es también una manifestación cultural. Como dice uno de los personajes: "Si la gente fuera capaz de estudiar, entender, interpretar la letra de la mayoría de los tangos, no sabe cuánta historia, literatura, sociología, sicología, geografía y filosofía aprendería". Pues bien, todo este bagaje cultural nos ofrece Tango en femenino. Al tiempo, Félix reivindica la importancia de los autores y mujeres uruguayas frente a la opinión dominante que es atribuir el tango casi exclusivamente a Argentina: Uruguay versus Argentina y mujer versus varón; pero sobre todo reivindica el papel fundamental de las mujeres, de ahí el título. De hecho, todos los tangos citados están compuestos, hecha la letra o interpretados por mujeres. A veces una única mujer es compositora, letrista e intérprete. Son una 300.

Hay incluso tangos para niños. Para lograr este fin reivindicativo e informativo, Félix ha realizado una ingente labor de documentación e investigación que en sí tiene ya un enorme valor y justifica la lectura de la novela. Por todo ello Tango en femenino no es solo una gran innovación literaria de amena e interesante lectura que sorprenderá gratamente al lector, sino que a mí se me ha revelado como un perfecto ejemplo de lo que se podría considerar ARTE PEDAGÓGICO REIVINDICATIVO, en este caso de la causa de las mujeres.

Para concluir quiero destacar la fortuita confluencia de factores que se han dado en la persona del autor, sin los cuales, en mi opinión esta novela habría sido imposible pues no solo es bailarín y apasionado del tango además de profesor educador, académico (es doctor) y escritor en diversos géneros, sino que también es etnógrafo y músico pero sobre todo es un enamorado de la vida en todas sus dimensiones como refleja en esta novela.

Gracias por el regalo que nos has hecho. Recomiendo su lectura a todos y te deseo muchos éxitos.

TANGO EN FEMENINO. Cap. 1- ¿Bailas?

                                        JJoseba y Bakartxo (foto: Dani Blanco / Argia)

Cuando llegué al salón de baile la milonga ya había comenzado. Edurne me saludó a la entrada. Me presentó a varios asistentes e invitó a sentarme con ellos. Hablamos sobre el tiempo que llevaban bailando tango. Alguien concretó que su asociación de tango, Ágata, se constituyó el 26 de octubre de 1996.

Disfruté bailando la mayoría de las tandas. La milonga continuó muy animada durante horas. No restaba mucho tiempo para la obligada Cumparsita final.

La penúltima tanda la tomé de descanso. Llevaba varias seguidas. Estaba sentado y veía evolucionar a la gente que casi llenaba la pista de baile. Una pareja pasaba por delante de la mesa donde yo me encontraba. No pude ver la cara de la mujer debido al abrazo cerrado que ambos mantenían y a la considerable altura del caballero que ocultaba tras de sí a la dama. Pero era ella. Con su falda roja y vaporosa blusa negra no podía ser otra. Cerré los ojos a la vez que festoneaba su rostro en mi mente desviando la mirada hacia el lado contrario.

No nos conocíamos ni nos habíamos saludado, pero sí que intercambiamos algún arqueo de ojos y ligeras sonrisas al cruzarnos en más de una ocasión durante la milonga. Al rato, llegó de nuevo la pareja frente a la mesa donde yo estaba. Coincidió con la ejecución de un doble giro. Yo acechaba con disimulo al tiempo que ella distrajo ligeramente la vista hacia mí. Desvié mínimamente la mirada como quien, observando, no quiere ser observado. Muy fugazmente nuestras miradas se cruzaron de nuevo. No soy experto en la interpretación del lenguaje no verbal. ¿Sería todo ello algún tipo de señal o una simple coincidencia? No suelo creer en las casualidades. Finalizó la tanda y cada cual volvió con su grupo. Finalizada la cortinilla intenté localizar a la dama de negro y rojo. No lo conseguí. No me apeteció cabecear o invitar a nadie a bailar y seguí sentado.

Sonaba ahora una tanda moderna, atrevida, arriesgada diría yo, ya que no eran los típicos tangos antiguos y de ritmo más marcado. Había terminado el primero y no vi en la pista a la que ya había comenzado a ser mi misteriosa dama. La segunda pieza fue Flamenco tango, del compositor iraní Armik. Este ritmo, al que llamaban New Age, había comenzado a ponerse de moda. Con los ojos cerrados intentaba, en mi sosiego, escuchar los silencios de la música. Muy avanzado ya este segundo tango, con la misma asustadiza actitud de un niño, me sorprendí al ver acercarse por detrás de las mesas a la dama de rojo y negro. Se acomodó en una silla vacía de la mesa de al lado.

De aspecto muy elegante, estatura media, cuello estilizado, nariz muy armonizada con el resto de su rostro agradablemente redondeado; esto último le facilitaba una sonrisa complaciente a la vez que una actitud tan distendida como receptiva. Sus labios, ligeramente carnosos, resaltaban por el rojo natural, y se realzaban más, por el contraste con la nacarada piel que fusionaba todas las facciones de la exquisita delicadeza de su rostro; facciones dulce y gentilmente iluminadas por el destello de sus límpidos, brillantes y exultantes ojos; se adornada con media melena peinada hacia su izquierda y que, al verla a contraluz, transparentaba un color entre castaño y caoba. Ojos verdes, o azules, o ambas cosas... Dostoyevski, en su obra El idiota, escribió: "La belleza salvará al mundo". Ella traslucía afecto, empatía, amor... era todo belleza, pues la belleza es sugerente, expresiva, natural y, sobre todo, irradiante. Yo la veía como esa rosa que florece por el mero hecho de florecer, sin importar si la miran o no y, ¿quién no termina hechizado ante una rosa o tantas flores que sonríen indiferentes, radiantes y gratuitamente al universo? Lo que yo ignoraba era si esa belleza me habría de salvar.

-¡Hola!, ¿no bailas? -me preguntó delicadamente y sacándome de mis pensamientos.

-¡Hola!, la verdad...

-Como te vi sentado durante la tanda anterior, pensé que te apetecería.

Deseaba bailar con ella con toda el alma. No sabría decir por qué, pero durante toda la milonga ella había sido el sueño que mi inconsciente pretendía transferir a la realidad del momento. Apoyé ambas manos sobre la mesa. Hice un movimiento súbito e instintivo con la intención de levantarme y tenderle la mano a modo de invitación para salir a la pista, pero me contuve.

-¿Esperamos a que termine la pieza? Lo digo por observar el ritual milonguero.

-Si lo prefieres así, pues de acuerdo -concluyó posando su mano sobre mi mesa para, a continuación, ir retirándola pausadamente a la vez que levantaba sus ojos.

Sin saber qué decir, nos miramos. Yo estaba tenso, un tanto enajenado, desbordado de alegría por un lado y, por otro, desconsolado sin saber por qué... o tal vez invadido por una incontrolable emoción y atracción que nacían de una especie de admiración por alguien a quien no conocía, pero ya había entronizado en mi mente. Me estaba sumergiendo en ella. Leía en su rostro palabras escritas en el corazón. El recuerdo de los momentos más felices vividos por mí, hasta entonces, cristalizaron en un placentero instante reflejado en la imagen de aquella mujer. Sentí, en ese momento, que el carrusel de mi vida podía compendiarse en lo que duró aquella mirada mutuamente sostenida.

La milonga acabaría pronto. Quedé prendado con su figura entera, su rostro, su mirada, sus ojos entre verdes y azules, y eso me llevó al tango Cualquier cosa, de Herminia Velich: Tus divinos ojos verdes, mezcla de mar y de cielo..., a la vez que las Miradas de amor, que cantaba la uruguaya de Tacuarembó Olga Delgrossi: Qué tendrá tu mirada corazón, al mirarte estremezco de emoción. La mirada de amor nos arrulló... en un mundo de mágica emoción, de dos almas que el destino envolvió.

Al ver que yo no reaccionaba, sin pronunciar palabra y mirándome a la cara, movió ligeramente la cabeza a la vez que mantenía una serena sonrisa sin separar los labios, lo cual resaltaba más su atractivo.

-¿Y? -fue todo lo que añadió a su silencio, amable gesto y mínimo arqueo de cejas.

-Perdóname. Me quedé un tanto traspuesto. Has sido una sorpresa. No esperaba...

-Bueno. Ya hablaremos más tarde. La pieza ya termina, ¿salimos a bailar?

Esta vez sí que me levanté decidido. Tomé su mano y, con un ligero cabeceo, pedí permiso a la pareja que teníamos al lado para incorporarnos a la pista.

Lo que sucedió a continuación no podía ser real. No daba crédito al tango que se estaba iniciando. Si me hubieran preguntado qué pieza desearía escuchar y bailar en ese momento, no habría dudado en elegir justamente la que comenzaba a sonar. Sí, fue un tango para escuchar, para bailar y, sobre todo, para sentir. De hecho, lo que sucedió tras ese instante daría un vuelco total a la trayectoria que creí tener señalada. El tercer tango de aquella tanda de cuatro cambió mi vida. El 11 de julio de 1999 marcaría y determinaría todo mi futuro...

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